¿ Cómo no os dais exacta cuenta de la terrible crisis que el país atraviesa? Se dice que somos los autores del escándalo; se dice que los amantes de la verdad y de la justicia relajan la nación y la conducen a la ruína.
En verdad esto es una sangrienta, burla. ¿ Por ventura el general Billot y cito a uno solo, no está desde hace año y medio advertido? ¿ Por ventura el coronel Picquart no insistió en que la revisió:n se hiciera para que la tempestad no estallase arrastrándolo todo? ¿M.
Scheurer-Kestner, no ha suplicado con lágrimas en los ojos para que se evitara la catástrofe? No, no, puestro deseo fué facilitarlo todo, y si el país padece, la culpa es de los poderes públicos que, para cubrir a los culpables y sirviendo intereses políticos, se negaron a todo, creyéndose bastante fuertes para impedir que la luz se hiciera. Maniobraron en las tinieblas y son los responsables de todo.
¡ El asunto Dreyfus! ¡ Ah, señores! A la hora presente resuita bien pequeño, bien alejado de nosotros, bien insignificante comparado con las terribles luchas que ha producido. Ya no hay asunto Dreyfus; se trata solamente de saber si Francia es todavía la Francia de los derechos del hombre, la que dió la idea de libertad a todo el mundo, y debía darle también la idea de justicia. ¿Somos aún el pueblo