que se ha temido vuestro buen sentido, y que no se ha querido correr el riesgo de dejárnoslo decir todo para que todo- lo juzgueis. Ellos pretenden limitar el escándalo, y el escándalo dado por mí consistía en procurar que el pueblo encarnado en vosotros fuese quien juzgara.
Pretendeń además que no podían aceptar una revisión disfraüzada, confesando así que tienen un miedo profundo a vuestra comprobación soberana. La ley tiene en vosotros su representación total y es la justicia del pueblo la que yo deseo, la que yo respeto profundamente como buen ciudadano, y no los obscuros procedimientos gracias a los cuales han querido burlarnos.
Heme aquí, señores, excusado de las molestias que os ocasioné, sin haber conseguido inundaros con toda la claridad que yo soñaba. La luz ,toda la luz, era mi vehemente deseo; y estos deabtes acaban de probaros que tuvimos que luchar paso a paso contra una extraordinaria voluntad de obstinación y tinieblas. Cada
- girón arrancado a la verdad costó un combate; se nos ha discutido todo, se nos ha negado todo, atemorizando a nuestros testigos con la esperanza de que no probásemos nada.
Y hemos luchado porque esta prueba fuese sometida por completo a vuestro juicio, a fin de que pudiérais pronunciar sin remordimiento