| Ahora se comprenderá cuál debe ser el libro de Proudhon. Examina los diferentes períodos de la historia del arte, y su sistema, que aplica con 'brutalidad ciega, le hace aventurar las más extrañas blasfemias. Estudia uno después de otro el arte egipcio, el arte griego y romano, el arte cristiano, el Renacimiento, el arte icontemporáneo. Todas esas manifestaciones del pensamsento humano le desagradan; pero tiene una marcada preferencia por las obras, las escuelas en que el artista desaparece y se llama legión. El arte egipcio, ese arte hierático, generalizado, que se reduce a un tipo y a una actitud; el arte griego, esa idealización de la forma, ese clisé puro y correcto, esa belleza divina e impersonal; el arte cristiano, esas figuras pálidas y macilentas que pueblan nuestras catedrales y que párecen salir todas de una misma cantera: tales son los períodos artísticos que hallan gracia ante Proudhon porque sus obras parecen ser el producto de la multitud.
En cuanto al Renacimiento y a nuestra época, no ve más que anarquía y decadenicia. Os pregunto quiénes son esos que se permiten tener genio sin consultar a la humanidad, esos Miguel-Angel, esos Tiziano, esos Veronese, esos Delacroix, que tienen la audacia de pensar por sí y no por sus contemporáneos,