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Leopoldo Lugones

anticlerical. En su sátira, que ni el hábito monacal perdona por antiestético, en su acerba crítica contra los abusos de la iglesia romana, en su despreocupación escéptica, siéntense la verba de Erasmo, la indignación de Lutero, el positivismo audaz de los filósofos naturales que perseguían la construcción del homúnculo y proclamaban la unidad de la materia. El criterio experimental de las ciencias naturales excluye el milagro. En la obra artística de Leonardo el milagro no existe. Antes bien, el ángel que acompaña a la Virgen de las Rocas, está visiblemente inspirado en la concepción herética que Botticelli expresara reiteradamente con los suyos. Falta, asimismo, la consabida Pietá con sus desgarramientos inconsolables; y el triunfo de belleza patente en sus Marías, si algo re-

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