Ahora bien: esto afirma solamente una convicción de la sensibilidad. El mismo hecho de no poder imaginarlo, constituye una razón insuficiente, además de negativa. No puedo imaginar, en efecto, sino por comparación de fenómenos o de magnitudes: de tal manera, que el mismo absurdo está sujeto a dicha condición. Cuando digo llegar, lo que hago realmente es declarar mi impotencia para medir o concebir una distancia. Imaginar significa inventar o crear imágenes, lo que no puede hacerse sino refiriendo la imagen creada a un fenómeno ya conocido con el cual se establece dicha referencia por medio del comparativo como. Medir es superponer magnitudes comparables. De ambos esos conceptos que era necesario recordar para entendemos y seguir entendiéndonos, resulta la comprobación negativa en que consiste la infinitud del espacio.
Hay cosas que son ilimitadas y no infinitas. Así la atmósfera, que seguramente acaba en una imponderable vaguedad; así la evaporación de las aguas marinas o el crecimiento del conjunto de los árboles durante una edad de la tierra. Así todavía, porque en estas primeras nociones conviene más bien abundar, la materia solar difusa que conocemos bajo el nombre de Luz Zodiacal y cuya dilatación extrema es perfectamente ilimitable; así la expansión análoga de materia corpuscular que constituye la cola de los cometas. La ilimitación, no solamente es compatible con la finitud, sino con la