Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/80

Esta página no ha sido corregida
75

de San Francisco); discurrióse algo sobre la probabilidad de una nueva guerra entre Napoleon y el Austria; insistióse en la creencia de que las tropas imperiales no invadirian nunca el territorio español; quejóse el abogado de lo revuelto y calamitoso de aquella época, envidiando los tranquilos tiempos de sus padres (como sus padres habrían envidiado los de sus abuelos); dió las cinco el loro..., Y, á una seña del señor obispo, el menor de los pajes fué al coche de su ilustrísima, que se habia quedado en la misma ramblilla que el alguacil, y volvió con una magnífica torta sobada, de pan de aceite, polvoreada de sal, que apénas haria una hora habia salido del horno: colocóse una mesilla en medio de los concurrentes; descuartizóse la torta; dióse su parte correspondiente, á pesar de que se resisticron mucho, al tio Lúcas y á la señá Frasquita, y una igualdad verdaderamente democrática reinó durante una hora bajo aquellos pámpanos que filtraban los últimos resplandores de un sol poniente...