Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/153

Esta página no ha sido corregida
148

Caza mayor!—añadió otro.

Mayúscula! respondió Garduña solemnemente. Figuraos si la cosa será delicada, cuando el señor corregidor y yo hacemos la batida por nosotros mismos!Conque... hasta luego, buenas piezas, y mucho ojo.

—Vaya V. con Dios, señor Bastianrepusieron todos, saludando á Garduña.

—Mi estrella se eclipsa!—murmuró éste al salir del corregimiento.—¡ Hasta las mujeres me engañan! La molincra sc cncaminó al lugar en busca de su esposo, en vez de venirse á la ciudad. ¡Pobre Garduña!

¿Qué se ha heche de tu olfato?

Y discurriendo de este modo, emprendió la vuelta al molino.

Razon tenia el alguacil para echar de ménos su antiguo olfato, puesto que no venteó á un hombre que se escondia en aquel momento detrás de unos mimbres á poca distancia de la ciudad, exclamando para su capote, ó más bien para su capa de grana: Guarda, Pablo! Por allí viene Gar-