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alma, segun dijimos ya en otro lugar) principió á tranquilizarse no bien oyó la tos de su enemigo...

La realidad le hacia ménos daño que la duda.

Segun le anunció él mismo aquella tarde á la señá Frasquita, desde el punto y hora en que perdia la única fe que era vida de su alma, empezaba á convertirse en otro hombre nuevo.

Semejante al moro de Venecia (con quien al describir su carácter), ya lo comparamos el desengaño mataba en él de un solo golpe todo el amor, trasfigurando de paso la naturaleza de su espíritu y haciéndole ver el mundo como una region extraña á que acabara de llegar. La única diferencia consistia en que el tio Lúcas era por: idiosincrasia ménos trágico, ménos austero V más egoista que el insensato sacrificador de Desdemona.

¡Cosa rara; pero propia de tales situaciones! La duda, ó sea la esperanza (que para el caso es lo mismo), volvió todavía á mortificarlo un momento...