Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/111

Esta página no ha sido corregida
106

—Espere V. que le alumbren... ¡Toñuelo! Lleva al tio Lúcas al pajar.

¡Por aquí, tio Lúcas!...—dijo Toñuclo, llevándose el cántaro por si le quedaban algunas gotas.

—Hasta mañana, si Dios quiere, agregó el sacristan, despues de escurrir todos los vasos.

Y se marchó tambaleandoso, y cantando alegremente el De profundis.

—Pues señor,—díjole el alcalde al secretario cuando se quedaron solos.—El tio Lúcas no ha sospechado nada. Nos podemos acostar descansadamente, y ¡buena pró le haga al corregidor!