y en sus pechos
torturados,
les nacen alas que llevan a un ideal humanitario
que los hace
tan impávidos
porque ansían libertarse del viejo mal mercenario.
Nadie es culpable si tras soportar tanta mentira
germina en su pecho la ira
contra la cruel opresión
y la explotación soez;
las injusticias perversas que fomentan la maraña
del caos que nos atenaza,
con esa pérdida saña
con que se ahoga el esplendor que difunde la verdad.
¡La indecente bota, informe, de la inicua autoridad
que, como bestia sumisa, al yugo nos atenaza!"
que termine ese baldón,
vestigios de la opresora
casta de la expoliación.
Mientras haya quien denigre,
quien persiga y encarcele
el hambre desoladora que funesta nos impele
a las sombras del delito;
!y ese clero
siempre ahito,
ladino, cínico, taimado,
que a la inocente infancia tinieblas le ha inculcado
y en sus almas creó el pavor!
En tanto que el laborioso y sufrido agricultor
deba dejar el arado,
porque reclama el Cuartel