Quiere usted decir con eso que desea marcharse de la casa?
—Solamente cuando con ello no le cause una molestia al señor.
—Pero la familia de usted ha estado con nosotros durante varias generaciones, no es así? Sentiría mucho empezar mi vida aquí rompiendo un antiguo vínculo de la familia.
Me pareció notar señales de emoción en el pálido rostro del mayordomo.
—Yo también lo siento, señor, y lo mismo mi mujer. Pero, para decir la verdad, señor, los dos hemos sido muy afectos á sir Carlos, y su muerte nos ha causado un gran pesar. La vida aquí nos es muy penosa por esto, y temo que no podamos recobrar nuestra tranquilidad mientras continuemos en Baskerville Hall.
Pero qué piensas hacer?
—No dudo, señor, de que hemos de conseguir estabecernos en algún negocio. La generosidad de sir Carlos nos ha dado los medios de poder hacerlo. Ahora, señor, si le parece, le haré ver sus habitaciones.
Alrededor del viejo vestíbulo, y en la parte alta, corría una galería cuadrada, con balaustrada, á la que daba acceso una escalera doble. De este puntocentral, partían dos corredores que se extendían hasta el fondo del edificio, á los cuales abrían todos los dormitorios. El mío estaba en la misma ala del de sir Enrique, y casi junto á él. Estas habitaciones parecían ser mucho más modernas que la parte central de la casa, y el brillante empapelado y las numerosas bujías hicieron algo en el sentido de disipar la triste impresión que había causado en mi espíritu la llegada.