que usted no me llamó entonces!... ¡Muy grande es su responsabilidad, por cierto!
—Yo no habría podido llamarlo entonces, señor Holmes, sin revelar estas cosas á todo el mundo; y ya he expuesto las razones que he tenido para no hacer dicha revelación. Además... además...
—¿Qué?
...Hay un terreno en el cual el más perspicaz y experimentado de los pesquisantes no puede hacer nada.
1 —¿Quiere usted decir con eso que la cosa es sobrenatural?
—No he dicho tanto.
—No; pero es evidente que lo piensa.
—Después de la tragedia, señor Holmes, han llegado á mi conocimiento ciertos hechos que es difícil conciliar con el orden de cosas establecido por la Naturaleza.
ING
¿Qué hechos?
He sabido que antes de que ocurriera el terrible suceso ha sido visto en el páramo un monstruo que corresponde exactamente al demonio de los Baskerville, y que no podía ser de ninguna manera un animal conocido para la ciencia. Todos están de acuerdo en que era una bestia enorme, luminosa, horrible y fantástica. He interrogado y vuelto á interrogar á los que la vieron: uno es un campesino rudo, otro un herrador y otro un cacharrero del páramo, y todos me cuentan la misma historia de esta aparición terrible, que corresponde exactamente al sabueso infernal de la leyenda. Le aseguro, señor Holmes, que reina el terror en todo el distrito, y que tiene que ser muy intrépido el hombre que se atreva á cruzar ahora el páramo de noche.