Página:El sabueso de los Baskerville (1909).djvu/204

Esta página no ha sido corregida
— 206 —

tos, hasta las mismas puertas de Baskerville Hall.

—¿Va á subir?

—Sí; ya no hay razón alguna para que me oculte. Pero... oiga mi última palabra, Watson. No diga nada á sir Enrique respecto al sabueso. Déjelo que piense que la muerte de Selden ha ocurrido tal como Stapleton ha querido hacernos creer. El hombre tendrá así mejores nervios para las ordalías por que tendrá que pasar mañana, día en que, si recuerdo bien el informe de usted, se ha comprometido á comer con aquella gente.

—Y yo también.

—Entonces, usted debe excusarse y dejar que él vaya solo. Esto se arreglará fácilmente. Y ahora, aunque hayamos llegado demasiado tarde para comer, me parece que ésta no es una razón para que no tengamos ganas de cenar.

XIII

TENDIENDO LAS REDES

Sir Enrique sintió más placer que sorpresa al ver á Sherlock Holmes, porque hacts dias que esperaba que los sucesos recientes lo hicieran bujar de Londres. Alzó las cejas, sin embargo, em de advirtió que mi amigo no trafa equipaje ni daba explicación alguna por la falta de date. Entre los dos nos arreglamos para servir sus necesidades; después, durante la cena demorada, Holmes y yo