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• 2 · 117 dría hacerlo, quizá, mi memoria, vívida como se conserva, sin embargo, en todo cuanto se refiere á estos trágicos acontecimientos.

Baskerville Hall, octubre 13.

Mi querido Holmes:

Mis cartas y telegramas anteriores han de haberlo puesto á usted bien al corriente de todo lo que ha podido ocurrir en este rincón del mundo, dejado de la mano de Dios. A medida que el tiempo pasa, tanto más profundamente va penetrando en uno el espíritu del páramo, su inmensidad y también su siniestro encanto. En cuanto uno pone los pies en él, todo indicio de la Inglaterra moderna desaparece; pero, en cambio, se ve por todas partes los hogares y la obra de la raza prehistórica.

Por todas partes surgen las casas de estos hombres ya olvidados, y sus túmulos y sus enormes monolitos que, según se supone, señalaban el recinto de sus templos. Al contemplar estas cabafias de piedra gris que se destacan sobre las escarpadas laderas, se olvida uno por completo de la época actual; y si, de pronto, se viera, agachándose para pasar por la puerta de alguna de ellas, un hombre peludo, vestido de cuero, ocupado en ajustar en la cuerda de su arco la flecha con punta de pedernal, se sentiría la impresión de que la presencia de él aquí era más natural que la propia.

Lo curioso es que esta gente haya vivido tan apiñada en lo que siempre debe haber sido una región absolutamente estéril. No soy perito en estas cosas, pero me imagino que ésta ha de haber sido alguna raza pacífica y acosada, que tuvo que busING