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N. 3. Una nota del mismo Pope refiere esta idea á las tradiciones rabínicas de los amores de los angeles con las hijas de los hombres: entre éstas se halla Naamah muger de Noé o Noah; ésta continuando impenitente fue destinada á presidir el tocador de las mugeres, como marca de prueba y castigo para una muger de su temperamento.

CANTO 2.

N. 1 Aprisionar á los hombres con la negra ó la dorada trenza, es un lugar comun en poesia, y casi indigno de nuestro autor; pero la oportunidad del rizo y el talento dan novedad á las cosas mas comunes. Aun los rizos, cuando imitan la naturaleza, pasen; pero las pelucas de los lores ingleses, las que llevan nuestros diplomáticos con rizos de canteria, los de las damas de corte en dia de gala, no seria objeto de un poema. Hudibras se burla de este poder de las mugeres, cuando canta.

And though it be tow foot tront,
Tis with a single hair pull'd out.
Y al buen Juan, si en dos pies andar le vieres,
Por un pelo le llevan las mugeres.

N. 2. Desgraciada es la comparacion que se hace entre el Ariel de Shakespeare y el de Pope. Aquel hace un Sylpho vivo, espirituoso, activo, lleno de gracias; y por el tono, que le da el trágico inglés en la comedia de la tempestad, el Ariel de Pope es repugnante á la vista de los idólatras ingleses. Un romance francés, un tocador, el cuidado de una pupila coqueta, y un amor, en esto no eran compatibles ó darian muerte al delicado Ariel con sus glorietas encantadas, sus vuelos por el aire y el océano y sus canciones en la playa solitaria.

Donde liba la abeja, alli yo libo;
Mi lecho es una flor de primorosa;
Cuando el buho gritara