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Y del gefe se ahuyenta la esperanza
Del premio conseguir y la alabanza!
El rizo, por el crimen aleanzado,
Aun que dó quier se busca no se ha hallado;
Mortal no hubo jamas tal recompensa:
Del cielo es esta voluntad divina.
¿Quien resiste, si el cielo determina ?
Creyose que subiera
De la luna brillante á la alta esfera,
Do todo lo perdido acá en la tierra
Su redondez encierra;
De los héroes el juicio y la agudeza
Vasos los guardan de muy gran riqueza,
Y el Dandy, el lechuguino y currutaco
Son guardados en cajas de tabaco;
Los votos y limosnas del muriente
Alli todos se encuentran igualmente;
Allí estan los amantes corazones,
Con extremos de cintas bien ligados;
Del cortesano prometidos dones;
Risas de las rameras, y las penas
Y llantos de herederos ya nombrados;
Jaulas para mosquitos y cadenas
Para enyugar las moscas y las plantas
De secas mariposas, nunca vistas,
Y las obras de teólogos casuistas.
Mas confiad en la Musa: ella lo viera
Rápido remontarse
Con sus ojos poéticos. Alzarse
El fundador de Roma hasta los cielos,
Y de Próculo solo visto fuera.
Repentina una estrella se aparece
Y en el aire se mece,
Atrás llevando del cabello hermose