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En bien claras visiones;
Mas, tarde conocí sus intenciones.
¡Mira los pobres restos del cabello
Yo con mis manos desharé furiosa
Lo que dejó rapiña codiciosa.
Estos dos negros rizos, que algun dia
Le daban á porfia
Nuevo realce á mi nevado cuello,
Y este rizo, su hermano,
Ahora despreciado y solitario,
Desenrizado y suelto en giro vario,
Ya tentarán ¡o Lord! á esa tigera,
Que sacrilega quiera
Su destino igualar tu infernal mano.
O fueras ¡inhumano! azas contento
De robar mis cabellos con tus ojos,
Y que fueran los únicos despojos
De tu osado y glorioso atrevimiento."

CANTO QUINTO.

Ella dice, y en lágrimas deshecha,
Que el gran pesar el corazon le estrecha,
Compasivo auditorio la escuchara:
Mas del Baron cerrara
El oido el gran Jove poderoso:
Thalestris con reproches le acomete,
¿Mas á dó de Belinda el eco hermoso
Resuena victorioso,
Si es que su voz no mueve?
¿Quien alcanzar victoria se promete,
Y á su elocuencia el igualar se atreve?
Ni tan fijo quedara el buen Troyano,