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Ya las sacerdotisas temerosas
Junto al altar principian respetuosas
Del orgullo los ritos mas sagrados:
Tesoros mil se abren que la tierra
En elegantes modos,
Y en varia ofrenda: y ella se parara
Con trabajo esquisito y ciencia rara
Los mas finos adornos delicados,
Que cada ofrenda encierra
Para adornar la diosa con brillantes
Despojos: de cabeza nunca hubiera
Visto un adorno tal el rojo oriente,
Que ilumina cual sol en occidente;
Su seno abre la Arabia ante sus ojos
Exhalando perfumes por despojos;
Con la tortuga el elefante unido
En peine se transforma en nieve y oro;
Presentándose guardia á su decoro
Del brillante alfiler un regimiento;
Rizos, polvos, lunares, biblias santas
Y amorosos billetes; al momento
La terrible deidad pone á sus plantas
Sus armas todas; sus encantos crecen;
Ya las dulces sonrisas aparecen;
Brilla el semblante con la gracia nueva;
Ya la mejilla y labio de carmin,
Y los ojos brillantes
Nuevos rayos disparan rutilantes.
Los Sylphos amorosos dividian
Y en la espalda y el cuello repartian
La dorada melena, y otros vuelven
La manga sobrancera, y otros pliegan
El delicado trage y lo revuelven:
Y lo que es obra suya