Página:El rey de las montañas (1919).pdf/166

Esta página no ha sido corregida
162
 

¡Vaya una cosa! ¡No tiene posición! ¡La tendria usted si se casase con mi hija! Ser mi yerno ¿no es una posición? ¡No tiene usted fortuna! ¿Acaso alguna vez le hemos pedido dinero? ¿No tenemos el suficiente para nosotros, para usted y para muchos otros? Además, el hombre que nos saque de aqui ¿no nos hará un regalo de cien mil francos? Es poco, convengo en ello; pero es algo. ¿Dirá usted que cien mil francos es una suma despreciable? Entonces, ¿por qué no merece usted casarse con mi hija?

—Señora, yo no soy...

—Vamos, ¿qué es lo que no es usted? ¡No es inglés!

—¡Oh!, de ninguna manera.

—Pues bien, ¿me cree usted lo bastante ridicula para considerar un crimen su nacimiento? ¡Ah, caballero!, yo sé bien que no a todo el mundo es dado ser inglés. La tierra entera no puede ser inglesa...; por lo menos, antes de algunos años. Pero se puede ser un hombre honrado y de talento sin haber nacido positivamente en Inglaterra.

—Por lo que hace a la probidad, es un bien que nos transmitimos de padres a hijos. Talento tengo justamente el necesario para ser doctor. Pero, desgraciadamente, no me hago ilusiones sobre los defeetos de mi persona física.

—¿Quiere usted decir que es feo, no es eso? No, caballero; no es usted feo. Tiene usted una fisonomia inteligente. Mary—Ann, ¿no tiene este señor una fisonomia inteligente?

Si, mamá—dijo Mary—Ann. Si se ruborizó, su