Página:El rey de las montañas (1919).pdf/125

Esta página no ha sido corregida
121
 

el plan de evasión que viene usted a proponernos?

— Si, señora, es él, o más bien, es su correspondencia. Esta mañana, mientras dictaba su correspondencia, he encontrado el medio infalible de ver nos en libertad gratis. Sirvase escribir a su señor hermano que junte una suma de ciento quince mil francos, ciento para el rescate de ustedes y quince mil para el mio, y los envie aquí con un hombre seguro, con Dimitri.

121 ¿Con su amigo Dimitri a su amigo el Rey de las montañas? ¡Muchas gracias, querido señor! ¡Y a este precio dice usted que seremos libertados de balde!

Si, señora; Dimitri no es amigo mío, y HadgiStavros no sentiría escrúpulos en cortarme la cabeza. Pero continúo: en cambio del dinero exigirán ustedes que el Rey les firme un recibo.

—¡Vaya un papelito que tendremos!

Con ese papelito recobrarán ustedes sus ciento quince mil francos, sin perder un céntimo, y voy a mostrarles cómo.

Buenas noches, caballero. No se tome el trabajo de hablar más. Desde que hemos desembarcado en este bendito pais, hemos sido robadas por todo el mundo. En la aduana del Pireo nos han robado; el cochero que nos condujo a Atenas nos ha robado; nuestro guía, que no es amigo de usted, nos ha puesto entre las manos de los ladrones; hemos encontrado un monje respetable que se repartia nuestros despojos con los ladrones; todos esos caballeros que beben ahí arriba son ladrones; los que duermen a nuestra puerta para protegernos son ladrones; usted