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EL JARDIN VENENOSO


E

l suicidio involuntario de una damisela prostituta y borracha quien se fué de la mano en sus habituales dosis eterómanas, ha inspirado a la prensa de París tal cantidad de crónicas,comentarios y grabados, que durante una semana fué dicha persona una heroína de leyenda. Todos los diarios, desde el más casquivano hasta el más grave, rivalizaron en celo para informar a sus lectores sobre aquel drama repugnante y vulgar; pues lo cierto es que hasta en el mundo del vicio, los eterómanos son ya personajes cursis. Pero lo más singular es que ninguna de las publicaciones en cuestión tuvo una palabra de comentario para la inmoralidad del asunto, consecuencia de una desastrada vida, hecha andrajos por la más torpe degradación a la juvenil edad de veintidós años. Ninguna evidenció como sería útil, el horror de esas caídas que convierten un ser humano, desde las mismas puertas de la infancia, en pozo de deyecciones a tarifa, acumulando sobre