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EL PRINCIPE

pone sus estados a las injurias de ambos poderes belijerantes, que hacen de su territorio el teatro de la guerra; y que las ventajas que, en ocasiones, pudiera derivar de su neutralidad, apenas compensan los perjuicios que esta les ocasiona.

Dos medios distintos puede emplear el príncipe para engrandecerse: uno es el de la conquista, cuando ensancha, con el empuje de sus armas, los límites de sus estados; el otro es puramente gubernativo, cuando a fuerza de zelo y actividad hace florecer en su reino las ciencias y las artes, jérmen verdadero de riqueza, cultura y poderío. Todo el libro de Maquiavelo está atestado de argumentos y consejos propios para los que aspiren a engrandecerse con las armas; justo es que yo, a mi vez, aventure algunas observaciones sobre el segundo medio que acabo de proponer, y que es, sin duda alguna mucho mas humano, mas inocente, mas util y beneficioso que el primero.

Las artes mas necesarias a la vida son la agricultura, la industria y el comercio; las que mas honor hacen al entendimiento humano son la ciencia de la jeometria, de la filosofía, de la astronomía, el arte de la elocuencia, de la poesia, de la música, pintura, escultura, arquitectura y otras comprendidas bajo la denominacion de bellas artes.

Como las naciones son tan distintas unas de otras, por lo que respecta al clima, situacion y otras especiales circunstancias, de aqui es que hay países cuya principal riqueza consiste en la agricultura, otros que cifran su bien estar en la industria, y otros en el comercio; a escepcion de algunas naciones privilejiadas en que estas tres artes prosperan a un tiempo. Los soberanos que quieran hacerse poderosos fomentándolas, deberán, pues, estudiar las circunstancias y propiedades del territorio que gobiernan, a fin de favorecer el desarrollo de aquellas industrias que prometen mejores resultados. Los franceses y los españoles han conocido que el comercio es la base de la prosperidad de la Inglaterra, y se han propuesto aumentar sus relaciones comerciales a costa de ios ingleses; si lo consiguiesen, la Francia, por su parte, adquiriría mas poder y mas importancia, que si conquistase veinte ciudades y mil aldeas por a fuerza de sus bayonetas; mientras que la Inglaterra y la Holanda, que son hoy las naciones mas ricas y florecientes del mundo, perecerian insensiblemente, como el enfermo que muere de consuncion.

Los países cuya riqueza consiste en trigos y caldos, deben naturalmente ser cultivados con la posible perfeccion, sin que quede un solo palmo de tierra arable que no contribuya a enriquecer al labrador. El segundo cuidado del gobierno debe dirijirse a facilitar los trasportes y las vias de esportacion, a fin de que estos productos puedan venderse a precios cómodos en los mercados nacionales y estranjeros.

Respecto de la industria, debo decir que es el arte mas util y provechoso de todos para el país en que llega a aclimatarse; porque ella abastece las necesidades y fomenta el lujo de los habitantes, al par que obliga a otras naciones a pagarles tributo. La industria impide que salgan capitales del país, y abre sus arcas para recibir el oro del estranjero.

Yo he creído siempre que la carencia absoluta de industrias ha sido una de las causas principales que ocasionaron esas prodijiosas emigraciones de los países del norte, de los godos y los vándalos, que inundaron con tanta frecuencia los paises meridionales. En Suecia, en Dinamarca y en la mayor parte de la Alemania, no se conocía entonces mas arte que la agricultura, ni mas industria que la caza. Las tierras de labranza estallan impartidas entre varios propietarios que las cultivaban con sus brazos y se alimentaban con sus productos. Pero como la raza humana ha sido siempre muy fecunda en los climas fríos, sucedió que el número de habitantes llegó a ser tan considerable,