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Y ANTI-MAQUIAVELO.

en la jornada de Vaila, donde sepultaron el fruto de ochocientos años de fatigas y trabajos. Los adelantamientos que se consiguen con semejante milicia son endebles y lentos, al paso que las derrotas son rápidas y casi prodijiosas.

Ya que estos ejemplos me han traido a hablar de Italia y de la triste esperiencia que la ha enseñado los peligros de valerse de milicias estranjeras, tomaré las cosas desde mas arriba, a fin de que el conocimiento de su oríjen y progresos sirva a lo menos para precaver efectos mas funestos todavía. Para ello es necesario tener presente que, luego que el imperio perdió el poder y respeto de que hasta entonces había gozado la Italia, y principió a tomar consistencia en ella la autoridad del papa, fué dividido este pais en muchos estados.

La mayor parte de las ciudades grandes tomó las armas contra la nobleza, que, apoyada por el emperador, las tenía jimiendo en la opresion mas cruel; ayudólas el papa en estas empresas, y por este medio acrecentó su poder temporal.

Otras cayeron bajo la dominacion de sus mismos ciudadanos; de suerte que la Italia vino a ser súbdita de la Iglesia y de algunas repúblicas.

Los príncipes eclesiásticos, ignorantes del arte de la guerra, fueron los primeros que se sirvieron de tropas mercenarias; y Alberico de Gonio, natural de la Romania, fué quien dió mas crédito a esta especie de milicia. Formáronse en su escuela los Braccio y Sforcia, que fueron enconces arbitros de la Italia, y a estos han sucedido todos aquellos que hasta el dia han mandado los ejércitos en este pais.

De sus famosas hazañas proviene que la hermosa Italia haya sido invadida por Carlos VIII, saqueada y devastada por Luis XII, oprimida por Fernando e insultada por los Suizos. Los jefes de estas milicias errantes comenzaron luego a despreciar la infantería, lo uno para hacerse ellos mismos mas necesarios, y lo otro porque, no teniendo estados y subsistiendo unicamente de su industria, nada podian emprender con un cuerpo pequeño de infantería, ni tampoco mantener otro mas considerable. Vieron, pues, que la cuenta les salía mejor con la caballería, y proporcionaban el número de los jinetes con los recursos del pais que había de alimentarla; llegando el caso de contarse apenas dos mil infantes en un ejército de veinte mil hombres. Agrégase a esto que, para hacer menos penoso su oficio, y de menor peligro sobre todo, se habian puesto sobre el pie de no matarse unos a otros en las escaramuzas, ciñéndose a hacer prisioneros, que tambien se devolvían sin rescate. Nunca daban un asalto por la noche, ni el sitiado tampoco hacía salida alguna de su plaza en aquellas horas; no acampaban sinó es en el buen tiempo, y en fin no formaban atrincheramientos en sus campos. Con una disciplina tan estravagante, e inventada de propósito para huir del peligro, no podía tardar la Italia en verse esclavizada, y en perder enteramente la reputacion de que hasta entonces había gozado.


Exámen.

La naturaleza ha querido establecer en el carácter de las naciones la misma variedad que observamos en el carácter y en el temperamento de los individuos; variedad, que se estiende infinitamente a todas las cosas creadas. Contribuyen a formar el carácter de una nacion el clima, la estension de su territorio, el número y el jénio de sus habitantes, su comercio, sus costumbres, sus leyes, sus vicios, sus virtudes, su riqueza y sus recursos. Por eso es tan notable la diferencia de gobiernos, mucho mas si se examinan detalladamente; y así como la ciencia médica no posee un específico que convenga a