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EL PRINCIPE

España era la monarquía mas formidable de la Europa. El comercio de esta república se estiende hasta los confines del mundo. Entre las naciones europeas, solo cede en importancia a las monarquías de primera clase, pudiendo levantar en tiempo de guerra un ejército de cincuenta mil hombres, además de su escuadra, numerosa y bien equipada.

Por otra parte, la Rusia se nos presenta como un pais jigantesco; es un mundo semejante al universo cuando salió del caos. Por un lado confina con la gran Tartaria y las Indias; por otro, con el mar negro y la Hungría; sus fronteras se estienden hasta la Polonia, la Lituania, la Curlandia y la Suecia que le sirve de límite al N. O. Su estension podra ser de seiscientas millas alemanas de lonjitud, y trescientas de latitud. Su suelo, fertil en trigos, produce además todos los artículos de primera necesidad , principalmente en las cercanías de Moscow y hacia la pequeña Tartaria; y á pesar de todas estas ventajas, su poblacion no pasa de 15 millones de habitantes. Esta nacion, que empieza ahora a figurar, no es mas poderosa que la Holanda en tropas de mar y tierra, y le es muy inferior en riquezas y recursos. No; la fuerza de un estado no consiste en la estension de su territorio, ni en la posesion de dilatadas llanuras o inmensos desiertos; consiste en el número y la riqueza de sus habitantes. El interés de todo príncipe está, pues, en poblar sus nuevos estados, y en procurar su prosperidad; no en devastarlos, ni en causar su ruina. La perversidad de Maquiavelo nos horroriza; pero su argumentacion nos causa lastima: antes de enseñarnos su política monstruosa, hubiera debido aprender a raciocinar mejor.

Otra máxima del autor es que el príncipe debe establecer su residencia en el pais conquistado. Es el mas cuerdo de todos su preceptos; pero ya espuse en el exámen del capítulo III las dificultades que se oponen a su realizacion.

Por mi parte creo que el príncipe que conquista una república, habiéndole hecho la guerra con justicia, debiera contentarse con la humillacion que la victoria impone a los vencidos, devolviéndoles en seguida su libertad. Bien sé que son pocos los que opinan de este modo. Una república puede también conservarse, estableciendo fuertes guarniciones en las principales plazas de su circuito, sin que sea necesario despojar al pueblo de sus libertades.

¡Hombres insensatos, que todo lo queremos conquistar como si tuvieramos tiempo para poseerlo todo; como si no tuviera límites la duracion de la vida! El tiempo pasa con sobrada rapidez; y mientras creemos trabajar para nosotros solos, acaso trabajamos en provecho de sucesores indignos o ingratos.


CAPITULO VI

De los nuevos estados que un Príncipe adquiere por su valor y por sus propias armas.

No se estrañe que en la relacion que voy a hacer de los principados nuevos, del príncipe y del estado, me valga solamente de los ejemplos que ofrecen las personas mas célebres. Casi siempre caminan los hombres por sendas trilladas antes por otros, y casi no obran por sí sinó por imitacion; pero como esta no puede ser exacta en un todo, ni suele ser posible llegar a la altura de aquellos que se toman por modelos, el hombre sabio debe únicamente seguir los caminos que abrieron otros, tenidos por superiores, e imitar bien a los que han sobresalido, a fin de que, si no se consigue igualarles, se le acerque a lo menos