Página:El príncipe - Colección Universal Nro. 953 (1924).pdf/95

Esta página no ha sido corregida
93
 

contuque sin responsabilidad alguna para el rey, viese a los poderosos y amparase la causa de los humildes. Organismo excelente y prudentísimo éste del Parlamento, que sirve a la vez para la seguridad del monarca y para la seguridad de su reino.

El príncipe debe tratar consideradamente a los nobles, pero sin malquistarse el favor popular.

Habrá quien opine que muchos emperadores romanos contradicen mi parecer con su vida y con su muerte, porque hubo muchos de excelente vida y de mucho valor que perdieron el trono y la existencia por conspiraciones tenebrosas. Examinaré las cualidades de estos emperadores, explicando sus desventuras con arreglo a la doctrina que he sentado antes, haciendo de paso observaciones sobre costumbres y sobre cosas de aquel entonces.

Solamente hablaré de los emperadores que hubo desde Marco Aurelio el filósofo hasta Maximino, esto es, de Marco Aurelio, de su hijo Cómodo, Pertinax, Juliano, Severo, Antonino Caracalla, Macrino, Heliogábalo, Alejandro y Maximino. Hay que advertir que mientras los príncipes luchan solamente con la ambición de los nobles y la osadía de los pueblos, los emperadores romanos tenían que guardarse además de la crueldad y de la avaricia de sus tropas. Dificultad que hizo sucumbir a muchos, a causa de la contrariedad de contentar simultáneamente al pueblo y a los soldados. Los pueblos aman la tranquilidad y la modestia en los príncipes, mientras que la soldadesca desea prín-