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La primera causa de la decadencia del Imperio romano fué tomar a sueldo a los godos, porque se precipitó la descomposición de las fuerzas imperiales, y el arrojo de las tropas romanas pasó a las godas.

Acabo, pues, diciendo que sin ejército propio están inseguros los principados, pues quedan siempre sin recurso alguno y a merced de la veleta de la fortuna. Los sabios afirmaron siempre que nada hay más débil e instable que la fama de un poder que no se cimenta en fuerzas propias. Ejércitos nacionales son los que organizas con súbditos, con ciudadanos, con deudos y parientes tuyos. Los demás ejércitos son auxiliares o mercenarios. Su organización se aprende pronto estudiando lo que acerca de ellos he escrito en otro sitio[1]. Allí se ve que Filipo, padre de Alejandro Magno, y otras repúblicas y principados, los han establecido y armado.

CAPÍTULO XIV

DE LOS DEBERES DE UN PRÍNCIPE CON RELACIÓN
A LA MILICIA

El arte de la guerra debe ser el estudio constante y la ocupación favorita del príncipe. Y con el arte de la guerra no he de olvidar tampoco el régimen y la disciplina de los ejércitos, porque ésta es la verdadera ciencia del gobernante, ciencia tan útil,


  1. Véase MACHIAVELLI: L'arte della guerra.