Página:El museo universal 1869.pdf/131

Esta página no ha sido corregida

y apuntar consejos, conversar despacio, mesurado y recio. Verse á cada instante comparado á Homero, Papiniano, Minos, Tales de Mileto; pero el ser un sabio tiene muchos peros. Da poco reposo, 3uita mucho sueño , á poca ganancia , hace pronto viejos, deja alguna gloria, mas se lleva el pelo. Sean otros sabios, pequen por discretos, corran tras la fama, yo tras el dinero. Que me llamen tonto se me importa un bledo; yo soy Juan Dorado y á mi Juan me atengo. Pidan, pidan todos, grandes y pequeños, pidan gollerías; yo pido, dinero. Bueno es ser ministro, hombre de gobierno, pues, que, al fin, no falta donde hincare} dedo. Bueno es ser letrado, cirujano, médico, músico, danzante, Íireste Juan, guerrero. Meitos para el uno, para el otro enfermos, músicas y danzas, fajas y capelos, juro que no falten mientras haya necios ; pero, mucho ó poco , punto más ó menos, todos sus trabajos tienen, que detesto. Yo, por mi fortuna, soy un gran mostrenco, avíe la vida paso lie la mesa al lecho, y hasta el levantarme ya me causa tedio. Con que asi, renuncio armas, borlas, cetro, pompa y vanidades. Dénsc de los cuernos, llévenselo todo, déjenme el dinero; y si, por acaso, una vez me pierdo, búsqueine el que quiera dentro de un talego, dando á peluconas amorosos besos, y feliz cantando con platino acento; Pidan, pidan todos, grandes y pequeños, pidan gollerías; yo pido, dinero. Zaid.

LAS FLORES MISTERIOSAS. I. La ciencia, de acuerdo con el Génesis, ha dividido e seis épocas los seis dias de la creación, y ha probado con testimonios irrecusables, archivados en los museos de fósiles, que la vida vegetal se ha manifestado pro gresivamente en nuestro globo antes que la vida hu mana, y que el helécho por ejemplo, en proporciones colosales, de 2o á 30 metros de altura, ha cubierto con sus hojas el suelo todavía caliente del planeta mucho antes que nacieran las flores. La vida vegetal hacia sus ensayos preparando el musgo filamentoso , donde el soplo del Eterno iba á depositar el gérmen de una creación encantadora y embalsamada, que había de herniorsear el Edén del Paraíso terrestre. He observado que la naturaleza abandonada á sí mis ma se complace en dar, según la calidad del suelo, una especialidad de la creación primitiva haciendo brotar plantas y flores de la mas sencilla forma. Asi he visto en las espesuras mas sombrías de los sitios solitarios crecer altísimos heléchos , como si anunciar quisiesen la venida del mundo vegetal antes de la época adámica, y á su sombra crecer también con una gracia ingénua, las margaritas de los prados y las violetas, las unas blancas como el marlil , las otras de hojas de amatista, radiantes como las estrellas del cielo. En derredor de

119

este alarde vegetativo, musgo y obas silvestres; ni una imaginables en el momento mismo en que las violetas anuncian que la tierra va á cubrirse de flores? flor mas. En otros puntos he notado, la misma asociación del (Se continuará.) criptógamo con las margaritas y violetas, autorizándo X. I. me á pensar, que si el helécho fue la primera flor sal vaje, contemporánea de los grandes monstruos saurianos, encontrada como ellos en estado de petrificación, ■ bajo los estribos de las montañas volcánicas, la marga rita fue la segunda flor y la violeta la tercera ; pero con HEROISMO DE MADRE. un progreso visible en" la confección de unas y de otras. Parece que estas flores de las épocas prodigiosas EPISODIO HISTORICO. fueron creadas para la primera mujer , por el soplo de Dios, y yo supongo que Eva, cual si fueran oráculos, (coütimucioi,) preguntó á sus hojas una por una los secretos del por i venir. | Semejante situación era demasiado falsa y peligrosa II. I para una jóven sóla y bella, aun contando con la ente reza de carácter que adornaba á Blanca; y bien pronto Hay en el mundo de las fl res una pobre criatura el amor vino á demostrárselo. Emilio, el aturdido estudiante de derecho, el alegre desdeñada y entregada al desprecio de los jardineros: jóven que disfrutaba todo género de favores de la for esta flor se llama girasol ó tornasol. El misterio que rodea su forma no as motivo de sor tuna, y tenia un inmenso partido entre las damas y los presa. Si no hubiese sobre la tierra mas que un sólo hombres de la mas culta sociedad, vio un dia á Blan tallo de la innumerable familia de tornasoles, se harían ca. Prendió la llama; y con el ímpetu de su misma jo viajes de esploracíon para verlos , y las academias de vialidad, se propuso hacerse amar déla hermosa huér Ciencias propondrían premios en su honor. Pero hay fana, sin darse cuenta de lo que sentía hácia ella , sin demasiados en el mundo. La naturaleza ha cometido otro propósito que el de correr una aventura. Grande resistencia encontró hasta lograr hacerse la falta de prodigar el tornasol hasta las zonas donde el sol brilla sólo por su ausencia y por esta flor. En todas oir de la niña; lo cual le empeñó mas en Ta contienda. partes brota : se acomoda á todos los terrenos , nace Y en la primera conversación que aquella le conce sin que se siembre, nace sin cultivo, como la ortiga y dió, un domingo después de misa, al ver el tesoro de el cardo. Si los jardineros la dejaran estenderse cubri modestia y de candor que la distinguían, tuvo la ocur ría los campos y la tierra seria un jardín de tornasoles. rencia de fingirse un simple obrero, un oficial de Esta fior tiene gracia, belleza, esplendor y forma es platero que ganaba jornal suficiente para vivir con al férica: no niega su origen, puesto que sigue con la mi gún desahogo; su estratagema le dió la viclorfa. El rada al sol , en su viaje aéreo y se destaca de la tierra amor hizo lo demás. Lo que para Emilio había comenzado por un pasa con su pensamiento continuo dirigido hacia el cielo. Su actit'-d es noble y niagestuosa : se eleva mucho mas tiempo, llegó muy luego á pasión exagerada; á térmi que sus compañeras , como si buscase un observatorio nos de que preocupándose ya con la idea de llegar á astronómico, regocija los ojos; brilla en torno de las llamarse un dia esposo de Blanca, meditaba los medios cabañas , alegra el jardin del pobre , y á pesar de todas de hacer soportar a su familia aquel golpe, puesto que sus virtudes , de todas sus cualidades , no goza de nin tratándose de un jóven opulento, heredero de un título guna consideración social; no es flor de la buena so de los mas conocidos y nobles de Andalucía , el asunto ciedad: está escluida de los salones y de los ramilletes era para meditarlo mucho. ¡Cuan agena estaba la inocente Blanca de la realidad aristocráticos, porque, es preciso decirlo, las flores tienen también su destino invariable. El tornasol es de sus amorosas relaciones! Profundamente enamorada contemporáneo de los criptógamos y de las violetas. de las brillantes cualidades del simpático Emilio, su Desde que el primer rayo de un sol libio cayó sobre la ciega pasión le había impedido reconocer en la distin tierra inhabitada, la flor del sol ha debido nacer, hija ción de sus modales y cultura de su lenguaje al jóven primogénita del astro del dia, como el capricho mas aristócrata, á la personificación del peligro que había admirable de su centelleo luminoso. ¡N'o merecía, pues, evitado siempre. Bien pronto, sin embargo, recibió el desengaño el desden con que la abruma nuestra indifencia! lAy! ¿No tendrá nadie la dicha de rehabitarla, de darla cruel que laceró su alma. Una tarde de verano en que Blanca, llamada repen un rango honroso en la Sociedad floral? Una preocu pación- antigua la rechaza , y su antigüedad misma no tinamente por la modista á quien servia, para encar garla unas labores urgentes, salía de la tienda á las seis, puede hacer nada en su favor. Cuando el primer hombre salió de las manos de Dios, víó pasar por delante de la acera un lujoso carruaje su mirada se volvió sin duda hácia el astro brillante, conduciendo en dirección al Prado á dos hermosas da que era rey de su Paraíso. ¡Qué admiración debió cau mas y á un esbelto jóven que alegremente conversaba sar al jóven Adam ver el sol radiante, levantado sobre con ellas. Era Emilio, que pasó por su lado arrebatado la montaña recorrer el azul del infinito!... Después de á su vista en la veloz carretela. La pobre niña necesitó de toda su energía para no dar bió dirigir sus miradas en torno suyo , y ver una flor, imagen del sol, una flor animada, que parecía com en tierra con su cuerpo. —Repuesta un tanto de la partir con el hombre la admiración Iiácia el sol y se emoción, desapercibida para los concurrentes, se lan guirle en su inmenso eclipse. Aquel fue el dia de triun zó resuelta á un carruaje de alquiler y se hizo conducir fo del pobre tornasol , porque sirvió de presente , el al paseo del Prado. En efecto: en el de la Castellana adquirió la certi primero que Adam ofreció a Eva, no habiendo podido dumbre de su desgracia. Víó á Emilio ir y volver en la ofrecerla el sol!... Pasaron los siglos: la civilización comenzó inmedia elegante carretela con aquellas damas ; le vió saludar y tamente después de la caída de nuestro padre y el tor cruzar palabras y sonrisas y agudos chistes con lo mas nasol cayó en desgracia en los jardines de la Mesopo- principal de los paseantes... Desde aquel momento Emilio no consiguió volver á tamia. ¡Desde entonces no se ha levantado!... ver á Blanca. Tres meses después vino al mundo la preciosa niña III. que mi primo Luis había visto en la cuna en casa de Si las cosas del mundo estuviesen mejor arregladas la jóven ; pero ya ésta habia cerrado para siempre sus el primer dia del año se contaría desde el 20 de marzo, puertas y 'su corazón á Emilio, que en vano intentó cuando la primavera nos dá su primera sonrisa, y hace lograr el placer de conocer á su hija, de quien hasta el revivir la tierra , tras el horror de los inviernos mor nombre de pila ignoraba. Asi las cosas , terminaremos esta precisa digresión, tales. El calendario comete, pues, una falta enorme al hacer su debut, y se pone en desacuerdo con el sol, el poniendo al lector al corriente de los sucesos que ha astro de la verdad, según Virgilio:—¿Soleml quis di- bían provocado la repentina marcha de nuestro ena cere falsum?.—Nos obliga á correr las calles el prime morado jóven. Hemos dicho que desde que Blanca conoció la ver ro de enero, cuando la muerte está en el aire en forma de nieve, cuando nuestros labios helados por el in dadera posición social de. Emilio, dominada por el ter vierno no pueden dar caricias á los seres amados. Dicen ror que le inspiraba el recuerdo de las desgracias de que es una moda pagana, reminiscencia de Jano. ¡Bella sus padres , y á la vez indignada contra su amante por razón para los cristianos del Norte! Se comprende que haberle ocultado su nombre y gerarquía, se operó una en Roma , siete siglos antes de Jesucristo, se celebrase reacción en todo su ser, por la cual decidió do consen el primero de enero en honor del dios de las dos caras, tir jamás en volver á ver á Emilio. Este por su parte, porque nuestro planeta tenia entonces mas calor y en agotó cuantos recursos le sugería su pasión para per el clima de Roma no había invierno. Se recorrían en suadir á Blanca de la rectitud de sus pensamientos; tonces las calles de las Siete Colinas con un sencillo pero constantemente rechazados sus intentos , sus es clámvde y la cabeza desnuda, y nadie se constipaba critos y promesas , cayó en un abatimiento y melanco ni adquiría fluxiones de pecho al decir á sus amigos. lía que trasformó completamente su carácter, haciendo «Salud y buen año.» Pero es una verdera locura imi del alegre jóven el hombre frío é indiferente á quien tar en el Norte, en el siglo XIX , esa antigua costum dejo retratado. Por todo consuelo á sus tormentos habia logrado bre del ardiente clima romano. Es hasta una impiedad. ¿No seria mas razonable y mas higiénico , visitarse tan sólo , á fuerza de dádivas y regalos , que el viejo entre sí las familias y los amigos, cuando el sol de mar portero de la casa le diese periódicamente noticias de. zo aconseja las Visitas y desearse todas las prosperidades Blanca y de su preciosa hija. Una de esas noticias fue