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palancas, piedras de afilar, vasijas, lámparas y oíros Utiles é instrumentos estaban aun tiradas por el suelo, como si al dia siguiente hubiesen de acudir los mine ros á continuar su trabajo. La manera de trabajar de los antiguos queda ahora perfectamente comprobada. Este importante descubrimiento confirma en todas sus partes el testimonio de Estrabon. Describiendo el istmo, más estrecho en aquel punto que en ningún otro, que separa el Nilo del Mar Bojo, añade; «en este istmo están situadas las minas de esmeraldas y otras piedras preciosas que los árabes extraen por canales subterráneos de gran profundidad.» Esta descripción clara y precisi cuanto puede serlo, se ha comprobado en la reciente visita de Mr. Caillaud á aquellos luCuando Mr. Caillaud descubrió aquellas minas, lle vaba solos siete hombres en su compañía. A su vuelta al Cairo presentó al virey una preciosa muestra de la* riquezas ignoradas que poseía en sus dominios , y éste le suplicó volviese allá á dirigir la apertura de las mi nas. Esta segunda espedicion emprendida bajo la espe cial protección del bajá y con auxilio del suficiente nú mero de soldados, mineros, camellos y todo lo demás necesario, se prolongó por espacio de dos meses y me dio. El siguiente extracto de la descripción que hace Mr. Caillaud de su primer descenso, sólo, en aquellas cavernas por tantos siglos abandonadas, da una mues tra del poder con que reviste al hombre el amor á- la ciencia, para hacerle acometer todo género de peli gros, trabajos y privaciones. «Al llegar á aquellas cavernas, dice, conocí desde luego que eran minas, aunque sin poder asegurar de quédase, porque á primera vista se descubrían filo nes de mica, tale:) y esquistos interrumpidos por las masas de granito que forman el cuerpo principal de la montaña. Ordené a tres a'babdehs el trabajo de despe jar la entrada de una de las escavaciones, y tendido co mo me hallaba descansando de las fatigas de aquel dia y de los anteriores, hirió mis ojos el verde oscuro res plandor de un fragmento de esmeralda, causándome la sorpresa y alegría que eran consiguientes. Olvidando en mi impaciencia todas mis fatigas, animé á los a'babdehs en su trabajo, y poniéndome á ayudarles logramos abrir pronto la entrada de la mina.' Mandé encender hachas inmediatamente, y acompañado de mi intér prete y de un a'babdeh, fui descendiendo por un cami no sumamente inclinado. Habría andado escasamente cien pasas, cuando observé que el descenso se hacía peligroso por la inclinación escesiva del camino. El a'babdeh asustado nos abandonó, y mi intérprete va cilando por la angostura del paso, se detuvo poco des pués. Continué sólo por espacio de tres cuartos de ho ra, al cabo de los cuales me encontré con el camino obstruido por enormes masas de mica desprendidas de lo alto, por las que tuve que abrirme paso. Habia ca minado cosa de cuatrocientos pies debajo de tierra con tantas dificultades y peligros, que mis fuerzas desma yaron ante los nuevos obstáculos que encontraba,)' me vi precisado á desistir de mi intento. Ya me disponía á emprender mi ascenso de retirada, frustrado en mis esperanzas, cuando entre las masas de mica descubrí el prisma exáedro de una esmeralda, el cual arranqué conservándolo adherido á su ganga. Divagué por es pacio de dos horas poco más ó ménos en aquellas an gosturas, durante las cuales mi intérprete temiendo por mí empezó á llamarme á grandes voces, que yo no alcancé á oir á la gran profundidad en que me hallaba, y después hizo descender una cuerda en la creencia de que llegaría á mí y podría serme de algún auxilio en mi retirada; pero ninguno de los que me acompañaron se atrevió á penetrar hasta donde yo estaba. Notando que la luz se oscurecía, después de un breve descanso, busqué de nuevo la subida, que me fue en estremo 1rabajosa. Al fin , en el profundo silencio que me rodeaba llegó á mis oídos la voz de mi intérprete, que me sir vió de guia para buscar la salida. La primera pregunta -]ue me hizo fue si habia encontrado muchas esméral ( as, á la que le contesté negativamente, pero de mane ra que no creyó sino que llevaba los bolsillos llenos de ellas, lo que fue para él el mayor castigo que podia im ponerse por su conducta.» Al siguiente dia nuestro incansable mineralogista descubrió más de cuarenta excavaciones como la que dejamos descrita. Aquellas minas abandonadas por es pacio de tantos siglos, están probablemente en su ma yor parle llenas de fragmentos desprendidos interior mente , y de piedras arrastradas por las aguas. El monte vecino al de Zebazah está también minado por escavaciones que se extienden á gran profumüdad. La esmeralda egipcia se halla incrustada en (¡Iones de pi zarra micáceo arcillosa que penetran las masas de gra nito de la formación general. Se la halla también en las cavidades accidentales de algunos granitos, pero las mas finas y puras las da el cuarzo hialino. (Se cunlmuarn.l i. V. T V.

MEMORABLE M VNIFESLACION LBRE-CULTISTA, EN LA) CIUDAD DE SEVILLA. El dia 1." del corriente, tuvo lugar en Sevilla una de las manifeslaciones papulares mas notables que se hayan celebrado en España desde la revolución de se tiembre, asi por el número y diversidad de las personas que concurrieron á ella , como por el órden admirable que llevaron. El objeto de la manifestación era la liber tad de cultos con la separación de la Iglesia y del Es tado, y la abolición de quintas y matrículas de mar. Al frente de la procesión iban varios individuos á ca ballo, los cuales recorrían la línea; la comisión organi zadora y el comité democrático republicano con su banda de música correspondiente. Tras éste iba la so ciedad del Tiro andaluz con su pendón, y seguían varias banderas y estandartes con lemas diversos pertene cientes á distintos clubs y comités, de los que hay gran número en la populosa Sevilla. Los afiliados á la iglesia libre llevaban también su bandera con la inscripción: «Cristo nos hizo libres.» A estos seguian muchos gru pos de mujeres , otra banda de música , compañías de vendedores de impresos, de milicianos, de tipógrafos, tejedores y demás gremios industriales, componiendo parte de esta procesión moros y hebreos , que cierta mente no eran los menos interesados en el negocio. Reunidos los manifestantes en el inmens a prado de San Sebastian, atravesaron la ciudad y terminó su es tación al pie de los Hércules de la Alameda, en cuyo paseo, y á presencia de una apiñada muchedumbre, se pronunciaron discursos patrióticos. Nuestro grabado representa la vistosa é imponente comitiva pasando por la plaza de San Francisco.

COSTUMBRES ARAGONESAS. L» RONDALLA. No es solo en Andalucía donde hay la costumbre de rondar las casas de las novias y pelar la pava , como llaman los naturales al coloquio nocturno de dos aman tes por entre las rejas de la ventana, Sin mas luz que las estrellas , Sin mas testigos que el cielo. También los aragoneses, dotados de vivacidad natu ral, imaginación penetrante, valentía y ambición no ble , saben tributar culto en debida forma y con todos los adminículos poéticos á las señoras de sus pensa mientos , según nos los representa nuestro hábil artis ta en la pintura que hace de una rondalla nocturna, con la m (estría y carácter que sabe dar á los perso najes y escenas propias de cada una de nuestras pro vincias de España. La rondalla nocturna es costumbre peculiar de Ara gón , y no tiene mas objeto ostensible que el de un galanteo ó inofensivo pasatiempo en lo general. Pero algunas veces sucede, que el diablo dispone las cosas de manera, que se encuentren de frente dos ronda llas, dirigidas al mismo Un, es decir, á galantear á una misma dama, y este solo hecho, casual ó intencionado, los coloca en la obligación imprescindible de dar y aceptar batalla mutuamente, acabando á veces mudos con el silencio de la muerte los que empezaron con alegres cantares, músicas y regocijos.

DON FRANCISCO PI Y MARGALL. El credo demócrata-republicano , cuenta en el nú mero de sus más notables profesantes al celebrado escritor , cuyo retrato ofrecemos en este número á nuestros lectores. El señor Pí y Margall, desde edad muy temprana se d!ó á conocer al público con su libro intitulado: «La España pintoresca,» y ya en esa época echó los cimientos de la fama , que mas tarde ha al canzado en distintos ramos del saber, mostrando en todas sus obras y discursos el detenido estudio y la profunda meditación que ha hecho de las materias y cuestiones importantes que eu nuestro suelo se debaten é interesan , especialmente á las clases trabajadoras. La variedad de sus conocimientos, erudición y dotes como escritor y hombre público, es uno de los distin tivos que caracterizan á este eminente repúblico, que asi se muestra observador y crítico no común en su Historia de la pintura en España; experimentado pe riodista al frente de La Razón y La Discusión que dirigía en 1 S64 ; distinguido publicista y filósofo en su obra «La reacción y la revolución;» versado en las ciencias económicas y en la elocuencia parlamentaria, como apto para el noble empleo del jurisconsulto, de fendiendo la justicia en los tribunales. En una palabra, el señor Pi y Margall, es una organización privilegiada que encuentra su centro en el estudio y conversación de las ciencias y las artes , y que se mueve siempre al 1 impulso de las nobles ideas del derecho y de la justicia, completando este temperamento un tanto severo , aus tero y vigoroso , su pasión por las arles y su afición á los goces puros y sencillos, que proporcionan los sen- i

' timienlos de la familia y de la amistad, en cuyo modesto circulo brilla por las prendas del corazón y del carácter, no meaos que en público por las dotes de su inteli gencia. Nació don Francisco PI y MargaH, en Barcelona, el dia 30 de abril de . 1824, y á la edad todavía medía en que resuena su voz en las Córtes constituyentes , ya puede ser considerado como una de las figuras mas notables en el periodo trabajoso de la regeneración de nuestra patria.

MONOTONIA. Es bella ¡oh Laura mía! es bella Andalucía , su luz, su sol, su firmamento de óro, sus nubes de colores, y de auras y de flores el rico, inmenso, perenal tesoro. Bella es la primavera que esmalta la pradera con bosques de naranjos y rosales; las Cándidas auroras, las aves bullidoras, las vivos horizontes de corales. Es bella esa verdura nunca igual, siempre pura que se extiende del valle á los oteros; v los revueltos mares tta blancos azahares que llueven de su sien los limoneros. Bello es el mediodía, bella es la tarde umbría , bella es la noche con su sombra- y calma y en plácida indolencia es bella la existencia en este Edén fascinador del alma. Mas ¡ay! naturaleza con su genial belleza bajo este cielo que el deleite envía, se postra y se adormece, y lamentar parece su eterna, su inmortal monotomía. Dame Laura, otro suelo, dame Laura, otro cielo, otro sol, otro mundo, otros colores; y que mis ojos vean campos donde no sean primavera sin fin las estaciones. Dame nevados montes, ceñudos horizontes y bosques ¡ay! de la creación hermanos , y playas y arenales, y fieros vendábales , y siempre embravecidos Océanos. Dame, dame el eterno bramido del invierno allá en el polo donde el mundo empieza ; y el hiperbóreo clima, donde de espanto gima y no de lunguidez naturaleza. No, Laura, no te asombre: tan mísero es el hombre qué le causa hasta el bien que tanto ansia, y en tan feliz sosiego, con esle aire de fuego, bajo este ardiente sol, mi alma está fría. El ala vagorosa pidamos, Laura hermosa, al aire qne en los cielos se apresura; tomémosla y volemos allá donde encontremos «tro mundo, olro sol, otra hermosura. Que en esta ansia secreta en que mi mente inquieta y mi insaciable corazón se abisma, mudar, mudar prefiero: á ti sola te quiero, corno se quiere á Dios, siempre la misma. Gabriel G. Tassara.

Un vecino de la Marina ha presentado una instancia en la sección de Fomento de Alicante, pidiendo el pri vilegio para un ingenioso aparato de su invención, des tinado a sacar agua sin otro motor que el agua misma. Ya se ha terminado en Inglaterra la construcción del cable franco-atlántico, que mide 6,000 millas. El Great-Eastcrn, gigante del mar encargado de la con ducción, tiene ya á bordo una gran cantidad del material.