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Morir por falta de memoria.

Algunos, no muchos, de nuestros suscritores, se han olvidado al suscribirse de remitir el importe del tomo corriente, y como es tanto el cariño que les tenemos, vamos, en su obsequio, á principiar traspasando los límites del plan de la obra, refiriéndoles, en vez de un cuento, una historia verdadera.

Es la triste de D. Camilo de Lelis, aquel célebre solteron, que al disponer para su cena un huevo pasado por agua, puso en el puchero su reloj de plata, y se colocó lindamente el huevo en el bolsillo del chaleco.

Este desgraciado no se acordaba, por lo regular, ni de su nombre ni de las señas de su casa, y llevaba siempre uno y otro apuntado en la cartera. Pero las carteras se suelen perder, y el infeliz perdió un dia la suya, echándola en el buzon del correo en vez de una carta.

Al dia siguiente se leía en el Diario este anuncio:

En la fonda de... se encuentra un caballero, que parece tal en su traje y en sus maneras, que fué conducido anoche por el sereno del barrio, y que no sabe á donde dirigirse, porque se le han olvidado completamente su nombre y las señas de su casa. La persona que, por estas, venga en conocimiento de quién es, podrá llegarse á recogerlo y pagar un huevo pasado por agua, que fué su cena.

Cuando leí este anuncio, grité al momento, él es. En efecto, era él.

Este buen hombre vivia solo, y como estaba fuera de casa la mayor parte del dia, le habian roto