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64 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

no, salta al suelo, y principia á correr como si lo persiguiese el diablo.

Juntos los dos, y repuestos algnn tanto de su asombro, le dijo el compañero:

— ¡Pero hombre! ¿qué has visto?

— Qué he de ver, majadero, que estaba el señorito de la casa cuidando las peras, pero vestido de pájaro para que no lo conociesen.

— Pues no nos hemos librado de mala.


Enigmas.

8.
Mas de cien hijas hermosas
vi de dos machos nacer,
encendidas como rosas
y al momento perecer,
dando vueltas muy vistosas.

9.
A que salga de medida
le hago fuerza á un elemento;
en mí creció la comida,
y aun ahora de tu vida
tengo el principal sustento.

10.
Me debes el ser viviente,
pues doy la acción á tu ser,
la fuerza, el brio, el poder;
te hago débil ó valiente,
te doy tristeza ó placer.


El casco del dragón.

Un dragón inglés encontró á uno de sus camaradas en conversación íntima con su mujer, y sin conmoverse en lo mas mínimo, le dijo: