no, salta al suelo, y principia á correr como si lo persiguiese el diablo.
Juntos los dos, y repuestos algnn tanto de su asombro, le dijo el compañero:
— ¡Pero hombre! ¿qué has visto?
— Qué he de ver, majadero, que estaba el señorito de la casa cuidando las peras, pero vestido de pájaro para que no lo conociesen.
— Pues no nos hemos librado de mala.
8.
Mas de cien hijas hermosas
vi de dos machos nacer,
encendidas como rosas
y al momento perecer,
dando vueltas muy vistosas.
9.
A que salga de medida
le hago fuerza á un elemento;
en mí creció la comida,
y aun ahora de tu vida
tengo el principal sustento.
10.
Me debes el ser viviente,
pues doy la acción á tu ser,
la fuerza, el brio, el poder;
te hago débil ó valiente,
te doy tristeza ó placer.
Un dragón inglés encontró á uno de sus camaradas en conversación íntima con su mujer, y sin conmoverse en lo mas mínimo, le dijo: