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278 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

perdió un dia las medias llevando puestos los zapatos.

Viendo después su señora que siempre iba en piernas, quiso reprenderla, pidiéndole cuentas del empleo del salario.

— Señora, le contestó la criada, todo lo que gano lo echo en medias.

— Azumbres, añadió su ama.

Y esto es lo cierto.


El depósito comido.

A un caballero honrado que habia consumido un depósito judicial para mantener ocho ó diez hijos, le decia el juez:

— Pero D.Luis, ¿cómo ha sido esto?

— ¡Cómo!! comiendo. ¡Infeliz de mí! respondió.


El músico de Mitrídates.

El famoso Mitrídates, rey del Ponto, deliraba por la música, premiando generosamente á los que se distinguían en este arte difícil. De los músicos mas afamados entonces, lo era uno anciano, que generalmente asistía á palacio todas las noches, y que con una hija suya, joven y hermosa, sobre toda ponderación, daba lo que ahora llamamos conciertos, entreteniendo al príncipe y á la corte con piezas escogidas.

Mitrídates lo llenaba de distinciones y lo trataba con cariño, pero un dia en que él y su hija habían creído escederse á sí mismos, con todo, en el momento en que el pobre anciano esperaba el premio merecido, observó que el rey no hacia caso alguno y lo trataba, si no con desprecio, al menos con despego y con indiferencia.

Escesivamente susceptible, como todos los pobres honrados, volvió á su casa en la mayor desesperación, quedando su hija en palacio en el cuarto