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EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 269

Diéronle una copa de vino, y para beberlo sopló la espuma. El verdugo le preguntó:

— ¿Para qué sopla?

— Hermano, respondió, la espuma es mala para los ríñones.


El pleito de la cabra.

Sobre si era ó no era mia
Una magnífica cabra
Que yo en mi lugar tenia,
Comprada á un tal N. Fabra,

Me puso un pleito Simón
Alegando con desden
Que el tal Fabra era un ladrón,
Lo que puede ser muy bien.

Ello es que busqué abogado
Para salvar mi dinero,

Y escribió mas que el Tostado
De falso y de verdadero.

Ello es también que en la Audiencia,
Que es lo que os quiero hacer ver,
Probó su infinita ciencia
Como podréis conocer.

— Comienzo, pues, ab initio.
Dijo con mucha razón,
Siempre ha probado el buen juicio
La buena disposición.

Escribió en Sichen mil folios
De esta cuestión peregrina,
Con comentarios y escolios
La preciosísima Dina.

Nembroc y Melchisedec,
Y Semíramis y Niño,
Y el astuto Abimelec
Cuando del Egipto vino.

La espedicion de Artajerjes
Recogió datos preciosos,
O sea mas bien de Jerjes,
Porque hay autores dudosos.

La guerra de Mitrídates