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EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 267

porque con ellas estoy seguro de ir al cielo.

— Ahora voy menos; ¡cómo! ¡el escribano Pero-Nuñez irse al cielo! tan bien gobernado estarla lo de arriba como lo de abajo. No eres Pero-Nuñez, vete.


La pobreza de un rico.

Preguntando al criado de un caballero qué renta tenia su amo, respondió:

— Para matar de hambre una casa aunque tenga cien personas.


La astucia de la mujer.

Una soga y una estaca,
Una cabra, una cebolla,
Una polla y una olla
Lleva Gil. Una bellaca

Le llama y le dice: — Gil,
Ven conmigo, hablemos hoy.
En este campo. — Si voy
Cargado de alhajas mil,

Le dijo él, ¿cómo podré
Sin que se me pierdan todas?
Dijo ella: — Mal te acomodas,
Que eres necio, bien se vé.

¿Qué llevas? — Tú lo verás.
Una cebolla, una olla,
Cabra, soga, estaca y polla.
— Esto es mucho? ¿pues hay mas,

Dijo, de hincar en el suelo
La estaca, y cuando lo esté,
Atar la cabra de un pié
Con la soga, y en un vuelo,

Para asegurarla más.
Meter la polla en la olla,
Taparla con la cebolla
La boca, y así estarás

Seguro de que se abra;