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26 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

siendo posible al estudiante encontrar lo que no habia hecho, hasta que cansados de dar vueltas tropezaron por fin en medio de dos cepas con lo que habia dejado en aquel sitio un pacífico buey.

— Hélo aquí, dijo el estudiante.

— No puede ser cierto, contestó el guarda, porque ello... no es de hombre sino de buey.

— ¡Cuerpo de tal...! replicó el estudiante. ¡Fuerte cosa es! ¿Tambien se quiere V. meter en que yo haga eso ó no lo haga á lo buey?


Enigmas.

4.
Yo fui un serrano grosero,
que enterrado sin razón
pasé afán en fuego fiero,
salí negro, en conclusión,
y aumento el fuego en que muero.


5.
Con lo que tengo convido
al de bueno y de mal talle,
y aunque á tantos he servido,
siempre me deja en la calle
el mas noble y comedido.


No hay peor sordo...

Decia un muchacho á una vecina la mas rica del pueblo:

— Señora Lucía, ha dicho mi madre que si nos querrá V. prestar un pan.

—¿Qué dices? contestó la mujer haciéndose el sordo.

— Ha dicho mi madre que si haria V. el favor de prestarnos dos panes.