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256 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

á hacer compañía á los jarabes. La enfermedad seguía su curso, combatida por la naturaleza.

El mismo dia de la purga lo visitó el médico por la tarde, y le dijo:

— Vamos, señor licenciado, ¿se ha purgado V.?

El enfermo, por toda respuesta, llamó al criado y le mandó presentar los jarabes y la purga.

— ¿Qué le parece á V.? dijo el médico mirando con orgullo al enfermo. ¡Ah! ¿y una cosa tan mala tenia V. en su cuerpo? ¡Válgame Dios! si no fuera por la medicina, allí se quedara sin salir.

— No, contestó el enfermo, porque por ser ello tan malo, no he querido yo que entrase.


La bofetada.

Quejábase á su amo el criado de un poeta de que otro le habia dado una bofetada, y el amo le dijo:

Cuando el bofetón te dió

Tan cruel y tan macizo,
¿Te hizo cara? — Señcr, no.

Porque antes me la deshizo.


El tocinero en el palco.

Un rico tocinero tomó una noche un palco en el teatro del Príncipe para que su familia viese representar una comedia nueva que les hablan elogiado mucho.

— Dime, Pancho; preguntó la mujer al concluirse el segundo acto, ¿está la comedia en prosa ó en verso?

— No sé lo que te diga, Basilia, contestó el tocinero, porque está el palco tan lejos que no lo veo muy bien.


El celoso enfermo.

Tenia celos un marido viejo de un caballero joven que vivia vecino de su casa, y con quien su mujer solia pasar las horas muertas en tirada conversación.