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252 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

— Sí.

— ¿Es verdad que esa ciudad está guardada por perros?

— Sí.

— ¡Oh! ¡es cosa muy singular!

— Mas lo es ver al rey de Francia guardado por suizos.

— ¡Ah, princesa! dijo el oficial; bien veis que le he hecho hablar.


Consejos para vivir mucho.

Un viajero, á quien preguntaron cómo habia vivido tanto, respondió:

— Nunca estuve en pié pudiendo estar sentado; me casé muy tarde; enviudé pronto, y no las torné á casar. Hé aquí el secreto.


Las dos religiones.

Altercaban un cristiano y un judío sobre quién tuviese mas santos de su religión en el cielo, y no pudiendo concertarse en esto, convinieron en que cada uno, alternativamente, nombrase y sacase al otro un pelo de la barba por cada santo.

Empezó el hebreo primeramente por Abraham, y sacóle un pelo al cristiano. Este nombró después á San Pablo y sacóle otro al judío.

De esta manera fueron alternando, hasta que cansado el cristiano, echó la mano á la barba del hebreo, y dándole un grande tirón dijo:

— Santa Úrsula, con las once mil vírgenes.

— Quedo vencido, dijo el judío.

— Pero yo no quedo pagado, porque no tiene once mil pelos tu barba.


El don detrás y delante.

En aquella época en que el don no se prodigaba en España tanto como ahora, aunque tuviese poco