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214 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

los ratones han roído mis zapatos. ¿Qué desgracia será la que me anuncia este prodigio?

Catón le contestó:

— No es de maravillar que los ratones te hayan roido los zapatos; pero lo hubiera sido mucho si los zapatos hubieran roido á los ratones.


Dosear de palabra.

Decíale una cuerda mujer á su marido, entretenido con otra:

— Quisiera verte casado con esa dama; y entonces, cierto es que no te parecería lo que ahora, ni á ella bien el que la tratases como á mí me tratas.


Las desgracias reunidas.

Divirtiéndose un marido
En una tertulia estaba,
Y el criado fué y le dijo:
— Señor, se ha hundido la casa.
— Y bien, preguntóle el amo
Con admirable cachaza;
Vamos ¿y qué ha sucedido?
Cuéntamelo todo: acaba....
¿Ha cogido el hundimiento,
Por casualidad, al ama?
— No , señor, que por fortuna
Fuera su merced se hallaba.

Al oir estas razones,
El pobre marido esclama;
¡Vaya por Diosi siempre vienen
Reunidas las desgracias.


La justicia de Marruecos.

Castigaban los moros en Marruecos el delito de usura cortando un pedazo de carne al usurero, y entre paréntesis, si el método no era bastante para