si yo te pudiera decir que lia tenido dos... ¿entiendes? pero estos son secretos de familia que un padre de talento no debe decirlos jamás.
Un europeo que viajaba por los Estados-Unidos contaba que en la muestra de una caballeriza de New-Hampshire, se leia el anuncio siguiente:
«Se admiten caballos: los de rabo largo á tres reales, y los rabones á dos.»
— Le llamó mucho la atención, decia candidamente el viajero, y pregunté al amo del establo la razon de la diferencia.
— Aquí, le contestó, lo calculamos todo, y puedo r. segurar á V. que salimos ganando con los rabones; y la razón es muy sencilla. Un caballo rabilargo sacude y espanta las moscas con facilidad, y se queda desembarazado para comer cebada á su satisfacción; por el contrario, un rabi-corto, molestado por el terrible insecto, sin medios de librarse de él, apenas puede comer cebada ni atender á otra cosa que á la incomodidad que sufre.
— ¿Cuantos borrachos, Manolo, hay en la calle, sin contarte á tí? decia un sastre á un zapatero de portal.
— ¡Cómo es eso! ¿qué quiere decir sin contarme yo?
— Hombre, no te enojes por eso; dime cuántos hay contándote.
Al infierno el Tracio Orfeo
Su mujer bajó á buscar,
No pudo á peor lugar
Llevarle tan mal deseo.
Cantó, y al mayor tormento
Puso suspensión y espanto,
