— ¿Esto, de dónde sale? dijo á otro amigo.
— De lo que entra.
— No pudieran hacer eso sus pasados, esclamó eí dolorido.
— No, amigo, contestó el otro, pero lo hacen sus presentes.
Vino al encuentro del rey D. Alonso un caballero, llamado Luis Puche, cubierto de luto, y con el aire de hombre muy triste; el rey le preguntó:
— ¿Por qué vienes tan triste y tan cubierto de luto?
— Señor, ha muerto mi cuñada.
— Antes me parece que debias estar alegre por su muerte; porque muriendo tu cuñada, resucita tu. hermano, y se levanta de los muertos.
Para quitar la pereza á un niño, le decia su padre:
— Uno que madrugó mucho halló un bolsillo en el camino.
— Padre, contestó el muchacho, mas debió madrugar el que lo perdió.
Observando un orador de la antigua Grecia que lo aplaudía la muchedumbre, dijo:
— Por desgracia ¿se me ha escapado alguna tontería?
Dos abogados sin pleitos se entretenían en mentir en la puerta de la Audiencia:
— Chico, Juanito, dijo uno de ellos, ¿ves aquella hormiga que se está paseando en lo mas alto de la torre de Santa Cruz?