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EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 197

De tus labios el coral
lo vi vender en la calle,
Y esa cadera marcial
Que hace tan esbelto el talle.

Por una invención moderna
Tuyos aparentan ser
Ese brazo y esa pierna
Que te comprastes ayer.

Si tu desgracia te abona
Y en tu adorno usas las artes,
Compra entera una persona
Y no la compres por partes.


Pensamientos con suerte.

Leian delante de un literato una obra muy buena, en la que advirtió algunos pensamientos suyos, y no pudo menos de decir:

— Ved ahí mis hijos, que han hecho fortuna.


Una indirecta del padre Cobos.

Costeaba la festividad de la Reina de los Angeles en la octava de su Concepción Purísima un devoto llamado D. Mateo, hombre verdaderamente virtuoso, que por humilde modestia encargó al orador que no lo nombrase en su discurso.

Hízolo el predicador, pero concluyendo así su elegante oración:

— Estrañará mi auditorio que no haya elogiado al que tan atento y reverente muestra su afecto á la Emperatriz de los cielos en lo magnífico de este culto; lo he omitido, porque lo publica el sagrado Evangelio del dia: secundum Matheum.


El sermón de una kuákara.

Nuestros lectores saben que en la secta kuácara predican también las mujeres, y para que por el hilo se pueda sacar el ovillo de su oratoria, hé aquí parte del sermón de una de ellas: