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EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 165

el pobrecillo tiene que dormir en la calle. Ya ves ¿cómo ha de estar caliente?


Enigmas.

26.
A todos digo que vuelvo,
sin que á parte alguna vaya;
á tu impulso me revuelvo,
giro , me enredo y envuelvo,
porque te hagan capa ó saya.

27.
A cierto animal sustento
y encima de otro soy puesta,
bien hecha estoy y compuesta,
y si alguna vez me asiento,
si no hiero , soy molesta.


El vino bueno.

En una taberna muy conocida de Madrid bebia un andaluz del mejor vino de la casa, y para exajerar lo mucho que le gustaba, decia:

— Es tan bueno, que cuando lo bebo se me hace la boca agua.


El encuadernador y el presidiario.

Un encuadernador económico, que hacia la sopa á sus aprendices con los recortes del pergamino, pudo obtener del comandante del presidio de que se rebajasen dos jóvenes presidiarios y fuesen á su casa á trabajar solo con el objeto de ahorrarse el salario que habia de dará otros.

Súpolo el gobernador de la provincia, y llamó al comandante y al librero con el objeto de reprenderlos