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158 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

«Doscientos mil setecientos treinta y seis duros y nueve reales en frailes, monjas y pobres para qué rogasen á Dios por la prosperidad de las armas españolas.

Cien millones en palas, picos y azadones.

Cien mil ducados en pólvora y balas.

Diez mil ducados en guantes perfumados para preservar á las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.

Ciento sesenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas en el uso continuo de repicar todos los dias por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.

Cincuenta mil ducados en aguardiente para la tropa en un dia de combate.

Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.

Un millón en misas de gracias y Te Deum al Todopoderoso.

Tres millones en misas para los muertos.

Setecientos mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y...

Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el rey pedia cuentas al que le ha regalado un reino.»

Los tesoreros confundidos, los que las cuentas hablan oido riendo á mas no poder, y el rey avergonzado levantó la sesión y mandó que no se volviese á hablar de semejante asunto.


Célebres cartas atribuidas á un Dean de Cuenca y un cura de Pareja.

El Dean de Cuenca al cura de Pareja:

Hánme dicho que tiene en su poder cinco fanegas de trigo que son para mí. Envíemelas luego, porque de no hacerlo así lo habré á mal. — Dios le guarde. — El Dean de Cuenca.