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ANTÓN P. CHEJOV
Trofimof. (Observando su fisonomía.)

Realmente, hay en el rostro de usted algo de caballar.

Pitschik.

Siquiera el caballo es un animal vendible, que se puede convertir en dinero.

(En una sala vecina, ruido de bolas de billar. Varia aparece bajo la arcada.)

Trofimof.

Señora Lopakhin... Señora Lopakhin...

Varia. (Con muestras de agrado.)

Señor tiñoso...

Trofimof.

Me enorgullezco de ello.

Varia. (Después de una pausa.)

Ahí están los músicos, que vienen a pedir su salario. ¿Pero cómo se les pagará?