Página:El jardín de los cerezos.djvu/59

Esta página ha sido corregida
55
EL JARDÍN DE LOS CEREZOS
Yascha.

¿Quién le impide volver mañana? (Vase.)

Varia.

Mamá no ha cambiado. ¡Siempre la misma! Si de ella dependiera, ya hubiera despilfarrado lo que le resta. Su manía es regalar, gastar, distribuir dinero sin ton ni son.

Gaief.

Sí; en efecto... (Después de una pausa.) ¿A qué buscar remedios contra una enfermedad incurable? Yo me esfuerzo por comprender. Yo creo disponer de muchos medios, de muchos, lo cual equivale a decir que no dispongo de ninguno. Excelente medio sería el heredar. Heredar, ¿de quién? Yo no vislumbro ninguna herencia en perspectiva. Convendría también que Ania contrajese matrimonio con alguien muy rico. Muy útil nos será, tal vez, ir a Yaroslav y probar suerte cerca de nuestra tía, la condesa. Nuestra tía es enormemente rica; es, además, de una bondad extraordinaria. Yo la quiero mucho. Será necesario que le hablemos, que se o confesemos todo, aun apoyándonos en circunstancias atenuantes...

Varia. (A media voz.)

Ania está en la puerta.