Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha Tomo II.djvu/54

Esta página no ha sido corregida
28
Don Quijote.

tento.-Mirad, Sancho, replicó Teresa, despues que os hicistes miembro de caballero andante, hablais de tan rodeada manera, que no hay quien os entienda.-Basta que me entienda Dios, muger, respondió Sancho, que él es el entendedor de todas las cosas, y qué- dese esto aquí, y advertid, hermana, que os conviene tener cuenta estos tres dias con el rucio, de manera que esté para armas tomar: dobladle los piensos, requerid la albarda y las demas jarcias, por- que no vamos á bodas, sino á rodear el mundo: y á tener dares y tomares con gigantes, con endriagos y con vestiglos, y á oir silbos, rugidos, bramidos y baladros, y aun todo esto fuera flores de can- tueso, si no tuviéramos que entender con yangüeses y con moros encantados.-Bien creo yo, marido, replicó Teresa, que los escude- ros andantes no comen el pan de valde, y así quedaré rogando á nuestro Señor os saque presto de tanta mala ventura.-Yo os digo, muger, respondió Sancho, que si no pensase antes de mucho tiem- po verme gobernador de una insula, aqui me caeria muerto.-Eso no, marido mio, dijo Teresa, viva la gallina aunque sea con su pe- pita: vivid vos, y llévese el diablo cuantos gobiernos hay en el mundo: sin gobierno salistes del vientre de vuestra madre, sin go- bierno habeis vivido hasta ahora y sin gobierno os ireis, ó os lle- varán á la sepultura, cuando Dios fuere servido: como esos hay en el mundo que viven sin gobierno, y no por eso dejan de vivir y de ser contados en el número de las gentes. La mejor salsa del mun- do es la hambre, y como esta no falta á los pobres, siempre comen con gusto. Pero mirad, Sancho, si por ventura os viéredes con al- gun gebierno, no os olvideis de mí y de vuestros hijos. Advertid que Sanchico tiene ya quince años cabales, y es razon que vaya á la escuela, si es que su tio el Abad le ha de dejar hecho de la igle sia. Mirad tambien que Mari-Sancha vuestra hija no se morirá si la casamos, que me va dando barruntos, que desea tanto tener ma- rido, como vos deseais veros con gobierno, y en fin, en fin, mejor parece la hija mal casada, que bien abarraganada.-A buena fe, res- pondió Sancho, que si Dios me llega á tener algo que de gobierno, que tengo de casar, muger mia, á Mari-Sancha tan altamente que no la alcancen, sino con llamarla señoría.-Eso no, Sancho, res- pondió Teresa: casadla con su igual, que es lo mas acertado, que si de los zuecos la sacais á chapines, y de saya parda de catorceno á verdugado y saboyanas de seda, y de una Marica y un tú, á una Doña tal y señoría, no se ha de hallar la mochacha, y á cada paso

ha de caer en mil faltas, descubriendo la hilaza de su tela vasta y