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Don Quijote.

aquí entra y encaja bien el decir, que hay buena y mala fortuna en las pretensiones. Tú, que para mí sin duda alguna eres un por- ro, sin madrugar ni trasnochar, y sin hacer diligencia alguna, con solo el aliento que te ha tocado de la andante caballería, sin mas ni mas te ves gobernador de una insula, como quien no dice nada. Todo esto digo, ó Sancho, para que no atribuyas á tus merecimien- tos la merced recebida, sino que des gracias al cielo que dispone suavemente las cosas, y despues las darás á la grandeza que en sí encierra la profesion de la caballería andante. Dispuesto pues el corazon á creer lo que te he dicho, está, ó hijo, atento à este tu Ca- ton¹ que quiere aconsejarte y ser norte y guia que te encamine y saque à seguro puerto deste mar proceloso donde vas á engolfarte: que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo pro- fundo de confusiones. á Primeramente, ó hijo, has de temer á Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio, no podrás errar en nada. Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando co- nocerte á tí mesmo, que es el mas dificil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana, que quiso igualarse con el buey: que si esto haces vendrá á ser feos piés de la rueda de tu locura, la consideracion de haber guarda- do puercos en tu tierra.-Así es la verdad, respondió Sancho, pero fué cuando muchacho; pero despues algo hombrecillo, gansos fue- ron los que guardé, que no puercos; pero esto paréceme á mí que no hace al caso, que no todos los que gobiernan vienen de casta de reyes.--Así es verdad, replicó Don Quijote, por lo cual los no de principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejer- citan con una blanda suavidad, que guiada por la prudencia los li- bre de la murmuracion maliciosa de quien no hay estado que se escape. Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linage, y no te despre- cies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te cor- res, ninguno se pondrá á correrte, y préciate mas de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido á la suma dignidad pontificia é im- peratoria, y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos que te cansaran. 1 El presente pasage del Quijote alude á los dísticos de Caton, & que tambien se alude el prólogo de la Primera parte, y en el Capítulo XLII de la misma.-Clemencin.

2 Alusion al pavo real, del cual se dice que cierra la cola en el momento de mirarse los piés.