Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha Tomo II.djvu/237

Esta página no ha sido corregida
171
Capítulo XXVI.

nada el intérprete, antes prosiguió diciendo:-No faltaron algunos ocioses ojos, que lo suelen ver todo, que no viesen la bajada y la subida de Melisendra, de quien dieron noticia al rey Marsilio, el cual mandó luego tocar al arma, y miren con qué priesa, que ya la ciu- dad se hunde con el son de las campanas que en todas las torres de las mezquitas suenan.-Eso no, dijo á esta sazon Don Quijote, en esto de las campanas anda muy impropio Maese Pedro, porque en- tre moros no se usan campanas, sino atabales y un género de dul- zainas, que parecen nuestras chirimías, y esto de sonar campanas en Sansueña, sin duda que es un gran disparate. Lo cual oido por Maese Pedro, cesó el tocar, y dijo:-No mire vuesa merced en ni- ñerías, señor Don Quijote, ni quiera llevar las cosas tan por el ca- bo que no se le halle. ¿No se representan por ahí casi de ordina- rio mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y con todo eso corren felicísimamente su carrera, y se escuchan, no solo con aplauso, sino con admiracion y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir, que como yo llene mi talego, siquiera represente mas im- propiedades que tiene átomos el sol'.-Así es la verdad, replicó Don Quijote, y el muchacho dijo:-Miren cuanta y cuan lucida caba- llería sale de la ciudad en seguimiento de los dos católicos aman- tes, cuantas trompetas que suenan, cuantas dulzainas que tocan, y cuantos atabales y atambores que retumban: témome que los han ds alcanzar, y los han de volver atados á la cola de su mesmo ca- ballo, que seria un horrendo espectáculo. Viendo y oyendo pues tanta morisma y tanto estruendo Don Quijote, parecióle ser bien dar ayuda á los que huian, y levantándose en pié, en voz alta dijo: -No consentiré yo que en mis dias y en mi presencia se le haga superchería á tan famoso caballero y á tan atrevido enamorado co- mo Don Gayféros: deteneos, mal nacida canalla, no le sigais ni persigais, si no, conmigo sois en la batalla, y diciendo y haciendo


1 Por ser general la censura que hace aqui Cervantes de las impropiedades de las comedias de su tiempo, pudiera bien comprender las de Lope de Vega, que siendo uno de los individuos de la acade- mia de Madrid, fundada á principios del siglo XVII, cuidaba mas de llenar el talego (segun daba á extender Cristóbal de Mesa) que de observar las reglas del arte. .Dichoso entre ellos tú, que solo Has hecho tanta copia de comedias, Que te dan fama en uno y otro polo. Si tu necesidad así remedias, Contribuya la cómica canalla Para calzas y sayo, capa y medias." 171 (Rimas, p. 187 v. fmpresas el año de 1611.) TOMO II.

23