Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha.djvu/582

Esta página ha sido corregida
410
DON QUIJOTE.

CAPÍTULO L.

De las discretas altercaciones que Don Quijote y el Canónigo tuvieron, con otros
sucesos.


B

ueno está eso, respondió Don Quijote: los libros que están impresos con licencia de los reyes, y con aprobacion de aquellos á quien se remitieron, y que con gusto general son leidos y celebrados de los grandes y de los chicos, de los pobres y de los ricos, de los letrados é ignorantes, de los plebeyos y caballeros; finalmente, de todo género de personas de cualquier estado y condicion que sean, ¿habian de ser mentira, y mas llevando tanta apariencia de verdad, pues nos cuentan el padre, la madre, la patria, los parientes, la edad, el lugar y las hazañas punto por punto, y dia por dia que el tal caballero hizo, ó caballeros hicieron? Calle vuestra merced, no diga tal blasfemia, y créame, que le aconsejo en esto lo que debe de hacer como discreto, si no léalos, y verá el gusto que recibe de su leyenda. Si no dígame: ¿Hay mayor contento que ver, como si dijésemos, aquí ahora se muestra delante de nosotros un gran lago de pez hirviendo á borbollones, y que andan nadando y cruzando por él muchas serpientes, culebras y lagartos, y otros muchos géneros de animales feroces y espantables, y que del medio del lago sale una voz tristísima, que dice:

"Tú, caballero, quien quiera que seas, que el temeroso
"lago estas mirando, si quieres alcanzar el bien que debajo destas
"negras aguas se encubre, muestra el valor de tu fuerte pecho, y
"arrójate en mitad de su negro y encendido licor, porque si así
"no lo haces, no serás digno de ver las altas maravillas que en sí
"encierran y contienen los siete castillos de las siete Fadas, que
"debajo desta negrura yacen?"

¿Y que apenas el caballero no ha acabado de oir la voz temerosa, cuando sin entrar mas en cuentas consigo, sin ponerse á considerar el peligro á que se pone, y aun sin despojarse de la pesadumbre de sus fuertes armas, encomendán-