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DON QUIJOTE.

pondrémos en caso de conciencia, que sea emperador y no arzobispo, porque le será mas fácil, á causa de que él es mas valiente que estudiante.—Así me ha parecido á mí, respondió Sancho, aunque sé decir que para todo tiene habilidad: lo que yo pienso hacer de mi parte es, rogarle á nuestro Señor que le eche aquellas partes donde él mas se sirva, y á donde á mí mas mercedes me haga.—Vos lo decis como discreto, dijo el cura, y lo haréis como buen cristiano; mas lo que ahora se ha de hacer, es dar órden como sacar á vuestro amo de aquella inútil penitencia que decis que queda haciendo: y para pensar el modo que hemos de tener, y para comer, que ya es hora, será bien nos entremos en esta venta. Sancho dijo que entrasen ellos, que él esperaria allí fuera, y que despues les diria la causa porque no entraba ni le convenia entrar en ella; mas que les rogaba que le sacasen allí algo de comer, que fuese cosa caliente, y asimismo cebada para Rocinante. Ellos se entraron y le dejaron, y de allí á poco el barbero le sacó de comer. Despues habiendo bien pensado entre los dos el modo que tendrian para conseguir lo que deseaban, vino el cura en un pensamiento muy acomodado al gusto de Don Quijote, y para lo que ellos querian; y fué que dijo el barbero, que lo que habia pensado era, que él se vestiria en hábito de doncella andante, y que él procurase ponerse lo mejor que pudiese, como escudero, y que así irian adonde Don Quijote estaba, fingiendo ser ella una doncella afligida y menesterosa, y le pediria un don, el cual él no podria dejársele de otorgar como valeroso caballero andante, y que el don que le pensaba pedir era, que se viniese con ella donde ella le llevase á desfacelle un agravio que un mal caballero le tenia fecho, y que le suplicaba ansimesmo que no le mandase quitar su antifaz, ni la demandase cosa de su facienda, fasta que la hubiese fecho derecho de aquel mal caballero; y que creyese sin duda que Don Quijote vendria en todo cuanto le pidiese por este término, y que desta manera le sacarian de allí y le llevarian á su lugar, donde procurarian ver si tenia algun remedio su estraña locura.