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DON QUIJOTE.
pudo ver Don Quijote, y llegándose á él, le puso la punta del lanzon en el rostro, diciéndole que se rindiese, si no que le mataria, á lo cual respondió el caido:—Harto rendido estoy, pues no me puedo mover, que tengo una pierna quebrada: suplico á vuestra merced, si es caballero cristiano, que no me mate, que cometerá un gran sacrilegio, que soy licenciado y tengo las primeras órdenes.—¿Pues quién diablos os ha traido aquí, dijo Don Quijote, siendo hombre de iglesia?—¿Quién, señor? replicó el caido: mi desventura.—Pues otra mayor os amenaza, dijo Don Quijote, si no me satisfaceis á todo cuanto primero os pregunté.—Con facilidad será vuestra merced satisfecho, respondió el licenciado: y así sabrá vuestra merced, que aunque denantes dije que yo era licenciado, no soy sino bachiller[1], y llámome Alonso Lopez: soy natural de Alcovendas, vengo de la ciudad de Baeza con otros once sacerdotes, que son los que huyeron con las hachas: vamos á la ciudad de Segovia acompañando un cuerpo muerto que va en aquella litera, que es de un caballero que murió en Baeza, donde fué depositado, y ahora como digo, llevábamos sus huesos á su sepultura que está en Segovia, de donde es natural.—¿Y quién le mató? preguntó Don Quijote.—Dios por medio de unas calenturas pestilentes que le dieron, respondió el bachiller.—Desa suerte, dijo Don Quijote, quitado me ha nuestro Señor del trabajo que habia de tomar en vengar su muerte, si otro alguno le hubiera muerto: pero habiéndole muerto quien le mató, no hay sino callar y encoger los hombros, porque lo mesmo hiciera, si á mí mesmo me matara; y quiero que sepa vuestra reverencia, que yo soy un caballero de la Mancha, llamado Don Quijote, y es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos y desfaciendo agravios.—No sé como pueda ser
  1. No solo tenian entonces algunos la vanidad de llamarse licenciados, no siendo mas que bachilleres, y la de intitularse doctores, no siendo mas que maestros en artes; sino que otros se firmaban licenciados no teniendo grado alguno. Dícelo el mismo Cervantes por boca del soldado, que hablando con su perro Gabilan, le dice: Ea Gabilan, salta por la pompa y aparato de Doña Pimpinela de Plafagonia, que fué compañera de la moza gallega que servía en Valdeastillas................ salta por el bachiller Pasillas, que se firma licenciado sin tener grado alguno. (Coloquio de los perros.) Y lo confirma en la Novela de El licenciado Vidriera. Otros se gloriaban falsamente de haber recibido grados de condes palatinos, como lo hizo uno de los interlocutores, que introduce el P. Pineda en los diálogos de la agricultura cristiana. ‟Yo cursé, dice Philotimo, primero bien en Teología, y oponiéndome á beneficios, nunca me dieron alguno y moría de hambre, y por remediarme cursé otros tres años en medicina hasta graduarme de bachiller, y por no tener caudal para la costa del licenciamiento, quiso Dios que topé con un conde palatino, tan hambriento como yo, en la venta de la Palomera, y convidéle á un lomo costil y á una bota de vino de Robledo de Chavela, y allí me graduó de licenciado delante de los venteros, y de dos recueros, y tocaron la campana que tienen en la chimenea, para llamar con ella á los descarriados en tiempo de nieve.” (Diálogo I, f. 2. b.) Alguno de estos abusos no se ha remediado todavia.